Un gol de Julio Baptista en el último partido de la Liga 03/04, ante un enemigo acérrimo como Osasuna,
brindó al Sevilla el pasaporte para jugar en Europa la siguiente temporada,
un premio en el que sólo creían lo más optimistas a falta de nueve partidos para que concluyera el campeonato. Y es que, tras 29 jornadas, ocupaba la décima plaza de la tabla y se encontraba a seis puntos del objetivo, mas los de
Joaquín Caparrós esprintaron en la recta final del campeonato liguero y obraron una remontada muy similar a la que ahora necesita el cuadro de
Unai Emery para terminar entre los ocho primeros, lo que, si se confirma el castigo del Málaga, le permitiría regresar al Viejo Continente.
En este sentido,
al Sevilla, situado en el undécimo lugar, le separan cinco unidades del octavo clasificado cuando restan 27 por disputarse, y, según la proyección de puntos hasta el momento,
necesitaría amarrar de aquí a la conclusión del curso un mínimo de 17 para conseguir el objetivo. Curiosamente, fueron los puntos que los
Darío Silva y compañía acumularon en este tramo de Liga hace nueve años y que resultaron suficientes para acabar sextos y clasificarse para Europa.
La reacción se basó en su solvencia casera, pero obtuvo el respaldo definitivo en el goteo a domicilio, surgiendo una nueva coincidencia por el hecho de que entonces se conquistó el botín a domicilio (cinco puntos) que precisaría el proyecto actual en el caso de que mantuviera su fortaleza en casa y firmara un pleno de triunfos. La diferencia estriba en que los del utrerano contaron con la ventaja de que, al contrario que este curso, jugaron cinco encuentros en casa y cuatro fuera, con cuatro victorias y una derrota en el Pizjuán, y un triunfo, dos empates y un revés a domicilio.
Repitiendo los mismos guarismos, con la salvedad de que no podría ceder nada en los cuatro asaltos como local, le podría dar al Sevilla de Emery para hacerse con el octavo puesto, aunque supondría lograr como foráneos dos puntos menos de los que ha firmado en toda la Liga. Evidentemente, esta remontada exige que se produzca una mejoría en los desplazamientos, pues de lo contrario resultará imposible emular la hazaña de antaño, cuando se celebraba por todo lo alto entrar en Europa.
El Sevilla 03/04 no es el único espejo donde mirarse para creer en la escalada (un punto más escarpada entonces que ahora), porque en este siglo otros dos equipos neutralizaron la desventaja a la que se enfrentan actualmente los blanquirrojos.
Primero fue el Barcelona, en la temporada 02/03, pues enfilaba los últimos nueve encuentros duodécimo y con 36 puntos, seis por debajo del sexto, lo que no resultó obstáculo para auparse finalmente al sexto lugar -sumó un total de 20 puntos-.
Hace tres temporadas (09/10), el protagonismo en este aspecto correspondió al Getafe, con la misma exigencia que el Sevilla al estar a cinco puntos de Europa a estas alturas del campeonato y que ganó 18 puntos de 27 para meterse sexto, erigiéndose en otro ejemplo de que la gesta europea es posible.