Durante meses llevamos escuchando a Cardenal hablar despectivamente de diversos deportes, alguno de los cuales han dado muchos triunfos a España en los últimos años. Nada menos que diecisiete Federaciones firmaron un Manifiesto a favor de la independencia del deporte. Entre ellos el propio presidente del COE Alejandro Blanco.
Pues bien, no contento con esto, ahora resulta que un Juzgado de Instrucción ha admitido a trámite una denuncia contra Miguel Cardenal por presuntos delitos de malversación de fondos y falsedad documental.
Los hechos tienen enorme trascendencia porque se incoan por el anómalo funcionamiento de la Agencia Antidopaje, donde, según la información de hoy del Diario El Mundo, al parecer se repartieron retribuciones irregulares sin control entre sus altos directivos.
Pero ahora el escándalo alcanza a Cardenal, -Presidente de la Agencia- justo cuando se éste viene autocalificándose como adalid contra la corrupción en el deporte.
Los hechos parten de un dictamen del Tribunal de Cuentas,-máximo órgano de fiscalización contable y financiero en España- dotado de todas las garantías. Dictamen que el Consejo Superior de Deportes ni siquiera recurrió.
A la espera de que Hacienda cuantifique el perjuicio causado por Miguel Cardenal, -nosotros sí respetamos la presunción de inocencia-, quedamos pendientes de sus explicaciones.
El dictamen del Tribunal de Cuentas es demoledor, (aquí Cardenal no ha podido constituir un Tribunal a medida, ni incluir compañeros de estudios y convicciones religiosas como Koldo Isurzun, tan próximo a él como que al parecer le hizo la tesis doctoral entre otros detalles o Carmen Valverde, Secretaria precisamente de Ana Muñoz, la Directora de la Agencia Antidopaje en las fechas de los complementos irregulares detectados por el citado Tribunal).
Cardenal está batiendo records que lo harán pasar a la historia. Denunciado ante la Audiencia Nacional por el caso de Gala León, (nueve meses despues de su nombramiento aun se le ocurre pedir las Actas) y ahora cercado por el Juzgado, debería explicar inmediatamente a los españoles cuál ha sido el destino del dinero de todos y, de considerarlo el Juzgado, devolverlo. Los españoles tienen que saber. Y a continuación, tal vez, por bien del deporte que está manchando, marcharse.
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