La prensa destapa a Sampaoli: "Soy el elegido"

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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La prensa destapa a Sampaoli: "Soy el elegido"
Jorge Sampaoli, en una rueda de prensa. - Joaquín Adorna
Blanco y en botella. No porque lo diga él. Ha intentado escurrir el bulto y desviar la atención con frases filosóficas de grupo de rock, "la verdad está en la calle"; o recurriendo a las tan traídas y llevadas teorías conspiratorias, también con tintes teóricos cuando se le quiso llevar a lo concreto, a los nombres y apellidos que nunca tiene la "gente que quiere desunir".

Con medias verdades, asegurando que quien se reunió con el presidente de la AFA, Fernando Baredes, no es su abogado, que es "sólo una persona conocida mía desde hace mucho tiempo"; o que desde que empezó a entrenar "nunca tuvo intervención en un contrato" suyo, ha intentado evitar lo que finalmente ha dicho: "Soy la persona elegida".

Sampaoli, ante la insistencia del periodismo en una rueda de prensa de gran nivel, ha quedado retratado. Tiene más que decidido que se va, pero ha tenido que intervenir el presidente del Sevilla, José Castro, para hacerle ver la importancia del momento actual que vive el club y para exigirle que se centre en intentar clasificar al Sevilla como tercero para obtener una plaza directa en Champions. De la reunión que mantuvo con Castro el pasado martes, junto al vicepresidente, José María Del Nido 'Junior', salen otras palabras que definen la situación: "Soy la persona elegida, pero hay que esperar los tiempos que correspondan para hacerlo sin dañar a nadie".

El periodismo destapa a Sampaoli y le obliga, a retales, a decir su verdad y, lo que es más importante, a dejar la otra verdad en el análisis de sus palabras. Sampaoli sólo piensa en los seis partidos que quedan porque, aunque tiene dos años de contrato, se marchará con "modificaciones de cláusulas" o pagándola para liberarse: "Si un jugador se va por una cláusula, también tiene a derecho a irse un entrenador". Se irá. De hecho, aunque quisiera quedarse, su continuidad se antoja imposible porque se ha perdido la confianza en él.

Acabará cumpliendo el sueño de dirigir a Messi y a la selección argentina, sueño al que ya renunció antes de fichar por el Sevilla porque se había "comprometido con Monchi y con algunos jugadores". Está en su derecho, quién se lo puede negar. Como nadie puede negarle el derecho a equivocarse. Pero también está en su deber rectificar, su rueda de prensa también suena a rectificación, y mantener su pleno compromiso con el Sevilla hasta el último día.