Un empate en Vitoria que
sabe a dolorosa derrota. Por los dos puntos perdidos y
por la sensación generalizada de que al Sevilla
le faltan piernas para seguir el vertiginoso ritmo de
Barça y Madrid. Ni Sampaoli ni el plantel arrojan la toalla en la búsqueda del sueño imposible: ganar la Liga. Pero la realidad es que el título liguero va camino, otro año más, de estar por encima de
unos inalcanzables 90 puntos. El Barcelona y el Madrid sólo han perdido dos partidos, por cuatro el Sevilla; y las cifras de goles anotados y encajados también invitan a
poner los pies en el suelo.
El
Atlético de Madrid se proclamó campeón de Liga hace tres temporadas (2013/2014) echando el cerrojo: fue
el equipo que menos tantos encajó, 26. Blindar la portería de Rico, y seguir rentabilizando los goles marcados, se antoja como la única solución posible ante el potencial ofensivo de los dos poderosos. Los números del Sevilla, sin embargo, no van en esa dinámica. De hecho, es el que
peor diferencia de goles tiene de los cuatro primeros clasificados: +55 el Barça (76 a favor, 21 en contra); el Madrid, +41 (67 anotados, 26 encajados); el Atlético +26 (48, contra 22); y +20 el Sevilla (50 marcados, por los 30 recibidos).
Son sólo datos, pero muy representativos cuando se acaba de cumplir
el segundo tercio de la temporada. Queda el último, el decisivo, y la fatiga se intuye en los ´jugadores franquicia´ más utilizados por Sampaoli (
N´Zonzi, Vitolo, Nasri, Mariano, Escudero), y en un equipo que necesita un gran despliegue físico para mostrar su mejor versión -presión cuando pierde el balón y rápida circulación-. Ya en el derbi el Sevilla acusó las escasas 46 horas de descanso que tuvo entre el partido de Champions y el de máxima rivalidad; y los síntomas de agotamiento también se han vislumbrado ante el Athletic de Bilbao y el Alavés. Curiosamente, y en contra de su habitual buena lectura de los partidos y de los cambios, en estos dos últimos
Sampaoli tardó más de lo conveniente en refrescar el once inicial. Puede tratarse del bache habitual de todos los equipos en una exigente campaña,
el tiempo nos dirá.
Con
la distracción que genera la Champions, la vuelta ante el Leicester y la opción de meterse entre los ocho mejores equipos de Europa,
el calendario liguero en casa invita al optimismo (Leganés, Sporting, Depor, Granada, Celta, Real Sociedad y cierra la Liga ante Osasuna), pero
a domicilio es temible (Atlético, Barça, Valencia, Málaga y Madrid). Fallando lo menos posible en Nervión y arañando puntos a domicilio, el Sevilla (56)
podría rondar los 80 puntos, una cifra histórica que, seguramente, quede lejos de otra Liga de más de 90. Fondo de armario hay. Está por ver si el equipo respira y
la ilusión repone los depósitos de gasolina.
Joaquín Adorna