He leído de todo desde que ayer el
Sevilla comunicara la destitución de
Berizzo. Opiniones a favor y en contra como es lógico, pero siempre basándose en lo deportivo, nunca tocando algo tan personal y privado como una enfermedad. Es de persona despreciable, ruin y mezquina atreverse a relacionar el despido de Berizzo con la enfermedad de la que fue intervenido semanas atrás.
Esas mismas personas, muchos de ellos reconvertidos en bufones, en personajes de ficción y sin el más mínimo amor propio, que no habrán visto más de dos partidos completos del
Sevilla en esta temporada. Pero es muy fácil mirar la tabla de clasificación, ver el sorteo de la
Champions y el de
Copa y soltar semejante tropelía y quedarse tan pancho. Tal demagogia barata debería ser cortada de raíz por el club.
Yo les invito a ustedes a ver los 27 partidos que ha jugado el
Sevilla desde que comenzó la temporada y que me digan uno, solamente uno donde haya jugado bien; que ustedes, tan letrados y que imponen cuál debe ser el techo de cualquier equipo que no sea
Real Madrid y
Barcelona, me digan a qué jugaba este
Sevilla de
Berizzo.
Aquí hemos visto como el
Sevilla superaba la
previa de
Champions rezando y dando las gracias a Dios porque aquella falta de
Emre en el minuto 90 se estrelló en le poste, hemos visto como el Girona perdonaba la vida al equipo de Berizzo con un penalti fallado en el descuento, hemos visto la genialidad de
Ganso entre tanta mediocridad en Getafe. Rídiculo tras ridículo en el
Wanda Metropolitano, en
Mestalla, en
Moscú, en el
Santiago Bernabéu o en
Anoeta, incapaz de ganar al
Maribor a domicilio ni de pasar del empate ante el
Levante tirando muchas primeras partes a lo largo de cuatro meses... ¿Han visto ustedes todo eso? Pues aquí se ha visto...
Berizzo no ha sido capaz de establecer un patrón de juego reconocible, de sacar la mejor versión de jugadores como Correa, Nolito, Muriel, Jesús Navas o Banega, de manejar un vestuario como el del Sevilla, pero el equipo está quinto en
LaLiga, y en octavos de
Champions... Qué más quiere la afición del Sevilla se preguntan fuera de Sevilla, ¿qué más quiere? Pues ilusionar, dominar los partidos, intentar jugar a algo por lo menos, ver chispa y rabia en los jugadores, apreciar una evolución, no involución como hasta ahora.
El
Sevilla es una Sociedad Anónima Deportiva, una empresa que como todas, basan sus objetivos en resultados, donde sus beneficios dependen de los éxitos deportivos. Un club que esta temporada maneja el presupuesto más alto de su historia. No es ninguna ONG. Mayor falta de respeto para Berizzo sería mantenerlo en el cargo por pena o por lástima.
Pero no solo
Berizzo es culpable,
Arias también tiene su cuota de responsabilidad. Ya ha gastado la bala del entrenador, si vuelve a fallar con el que venga, los primeros ojos que ya se posan sobre él se multiplicarán. Agradecer a
Berizzo toda su entrega, pues nunca ha estado en duda, un gran persona y un magnífico profesional. Mucha salud y mucha suerte, 'Toto'.