Contábamos hace un mes que Wissam Ben Yedder tuvo ofertas para marcharse en invierno, cuando sabía que para
Montella él era la segunda opción. Por aquel entonces había anotado 35 goles en año y medio y era el máximo goleador del
Sevilla en la historia de la
Champions igualado con
Luis Fabiano. Recibió llamadas de importantes clubes europeos y una oferta mareante de China que sí aceptó
Bakambu. El motivo: quería hacer historia en la Champions.
En estos meses de injusto papel de secundario,
Ben Yedder ha seguido creyendo en sí mismo. El punta tiene una fe absoluta en sus posibilidades y una cultura de trabajo que le ha permitido estar listo para aprovechar su momento. Y éste le llegó ayer cuando a 20 minutos para el final
Montella le llamó para ingresar en el terreno de juego. La primera que tuvo la mandó a la cazuela y en la segunda demostró su idilio con una competición que le ha encumbrado como sevillista.
Este doblete puede abrir los ojos a
Montella, que siempre ha planteado el debate entre
Muriel y
Ben Yedder como excluyente, cuando el colombiano tiene cualidades para jugar caído a banda o como segundo delantero, dejando al franco-tunecino como referencia en el área, un sitio donde se mueve con la soltura de los grandes
killers.
Reivindicación de KjaerEl partido dejó muchas notas positivas como la demostración de que
Montella sabe manejarse en las eliminatorias -sólo en el
Sevilla ha dejado en la cuneta a
Atlético de Madrid y United- que está maquillando su decepcionante devenir en
LaLiga, la consagración de
Lenglet o la prueba de que cuando
Nzonzi quiere está en el top 5 mundial en su posición. Pero quizá lo más destacable es el meritorio partido de
Kjaer, que aprovechó para reivindicarse ante una delantera temible. La sensación es que el danés forzó demasiado al comienzo de temporada y nunca estuvo al cien por cien de forma física, lastrado por pequeñas molestias que han impedido verle en plenitud. La decisión de Montella de colocar a Mercado en el centro de la defensa le ha dado oxígeno y en sus últimas dos apariciones está mostrando el tono que se espera de un central de 13 millones de euros. Su encaje es otra misión para el 'Aeroplanino'.