Llámenlo mala planificación

Carlos PérezCarlos Pérez
2 min lectura
Llámenlo mala planificación
- Carlos Pérez (@carlosperezED)
Encajar tres -casi cuatro- goles en propia puerta invita a pensar que eres un auténtico desgraciado. Que llevas una semana levantándote con el pie izquierdo y que te ha mirado un tuerto mientras te cruzas con un gato negro. O con una manada de ellos, más bien. Te piensas poco afortunado, sobre todo, cuando has gozado otra vez de una infinidad de ocasiones para marcar y, por lo que sea, no lo has hecho.

Conviene, no obstante, analizar bien ese "por lo que sea", porque, si no, te queda la sensación de que tampoco has hecho goles por mala suerte, cuando no es así. Óscar Arias sólo fichó a un delantero en verano, pero no dedicó el traspaso más alto de la historia del club a comprar pólvora, sino potencia, dejando sin cubrir, además, un perfil esencial en cualquier plantilla: el del punta rematador de centros laterales al que poderle jugar también de forma más directa. El que las mete casi sin querer, pero no en tu portería. 

Que entre tus dos delanteros sumen 13 goles en abril no es mala suerte. Que seas el que más tantos encajas de LaLiga (28), después del Deportivo (29), desde que llegó tu nuevo entrenador no es mala suerte. No es mala suerte que se te lesionen todos tus centrales, excepto uno. Ni tampoco lo es que el equipo se caiga físicamente en todas las segundas partes.

La mala suerte es esporádica. Cuando tus males son continuados, es que algo, o mucho, no estarás haciendo bien. Siendo tan frágil en las dos áreas, quizá sea más acertado llamarlo mala planificación.