Planificar no significa fichar buenos jugadores, como si se tratase del
Comunio o de un juego de la
Play Station. Ese es el objetivo último, desde luego, pero responde más a la consecuencia de un largo proceso que únicamente al buen ojo del director deportivo de turno.
Planificar es un concepto mucho más profundo que va en contra de la impaciencia del aficionado, deseoso por conocer caras nuevas que alimenten sus ilusiones de verano mientras sueña con otra temporada, con más nuevos ídolos, con títulos. Planificar es tener una buena idea, primero, y encontrar al técnico idóneo para desarrollarla, después. Hace un año, cuando Emery comunicó que se iba,
Monchi decidió darle un giro copernicano al juego del equipo y apostó por
Sampaoli. Fue el 28 de junio y tuvo tiempo de realizar hasta 16 salidas y 11 fichajes. El
Sevilla, eso sí, tenía asegurada la
Liga de Campeones.
La apuesta por
Berizzo tiene que ver precisamente con eso, con no hacer otra revolución, con dar continuidad a lo que empezó el de Casilda, con acortar el proceso y estar lo más cerca posible del 100% en la ida de una eliminatoria que podría marcar toda la temporada.
Pero ni siquiera es fácil llevarse a un entrenador que dirigiría a un equipo inferior al tuyo. Hay que competir con otros interesados, lograr convencerle y limar las muchas diferencias que puedan surgir, tanto deportivas como económicas. Se puede romper una negociación por denegar al entrenador un ayudante o, simplemente, por no estar de acuerdo en una prima o una cláusula de escape. En toda negociación hay un tira y afloja que requiere de tiempo para que se llegue, o no, a un punto de encuentro.
Una vez cerrado, se entra en la segunda fase: el análisis de la plantilla, de las necesidades que tiene el nuevo inquilino del banquillo para desarrollar su idea de juego.
Berizzo llegará a comienzos de semana para sentarse con Arias, por lo que es lógico, pese a la impaciencia de muchos seguidores, que el
Sevilla aún no haya cerrado ninguna contratación todavía. El técnico dará perfiles y el director deportivo pondrá los nombres. Después, comenzarán los sondeos y las negociaciones por las primeras opciones; y, si no salen, por las segundas o las terceras. Es decir, un mundo.
En definitiva, una cosa es que desde
Nervión ya estén tratando de hacerse con
Navas, un fichaje de club, y Nolito, a quien Berizzo no necesita analizar, y otra que
Arias se lance al mercado en busca de futbolistas que podrían no servirle al técnico. La secretaría técnica del
Sevilla controla a muchos buenos jugadores, claro, pero no se trata de fichar a los mejores, sino de traer a los idóneos para
Berizzo. Eso es planificar y necesita tiempo. Únicamente así los sueños de verano pueden acabar en mayo haciéndose realidad.