Una de las figuras que más importancia ha adquirido en los últimos años ha sido la de un entrenador de porteros que se supera día a día con actualizaciones constantes sobre su profesión. Desde su implicación en la tecnificación de porteros a la hora de desviar un esférico hasta la
integración dentro de un sistema de juego como primer atacante. En el caso del Betis, Jon Pascua es el encargado de enfatizar las necesidades que tiene el entrenador en su modelo de juego, respecto a la posición de cancerbero. "Una vez que contrataron a Quique Setién, me llamaron y no me lo pensé", aseveró en
PlayFútbol SER al ser cuestionado por el salto que suponía en su carrera el conjunto heliopolitano en "un sueño que muchos intentan alcanzar y no consiguen".
Cuando en
1992 se instauró la regla de la cesión a los porteros, todo cambió. Él tenía 18 años: "Me tuve que adaptar, aunque era de los porteros que dominaba mas o menos ambas piernas y lo hice bien, con Quique y su cuerpo técnico, lo que he hecho es acrecentar y darle mayor importancia a lo que ya creía ". "Ha habido un cambio que ha fomentado el espectaculo. Hace que el juego sea mas vivo porque antes se perdia mucho tiempo. Antes se desechaban las opciones de un portero en el juego, solo se pedía en el aspecto defensivo.
Ahora puede generar una superioridad", comentó sobre la importancia que ahora tienen los metas en la dinámica de juego de un equipo.
Sobre su trabajo, tiene claro los fundamentos que tiene y los que le rodean: "Hay muchos factores que intervienen en el modelo. Que el jugador adopte como suya esa propuesta y se vea respaldado. Cuando estas de entrenador de porteros en un equipo más defensivo en el que no importa tanto la salida de balón, cambia la metodología de trabajo. Disponemos de 25-30 minutos, entonces si tienes que trabajar exclusivamente el aspecto defensivo, es mucho más sencillo. Pero, claro, cuando tienes que trabajar el ofensivo tienes que
distribuir bien ese tiempo e ir un poco a la esencia de lo defensivo porque a veces no te da tiempo a trabajarlo todo. Y luego, claro, en la parte que es esa gente es aparte de tareas integradas con el equipo también seleccionar cuales puedes meter, integrar tareas para que jugador y portero se asocien... Lleva mucho trabajo porque hay que cambiar también algunas mecánicas del portero, que hay que desaprender para luego aprender. Es un proceso que lleva su tiempo".
"Que el portero se sienta diferente es normal porque requiere unas habilidades diferentes. No hace falta ni exponerlo porque es el único jugador de campo que puede coger el balón con las manos en un espacio delimitado.
Ahora yo les digo lo contrario, es decir, que él se vea integrado dentro del juego del equipo y vea la importancia que adquiere su juego para el juego del equipo. Lo veo desde un ámbito más global, aunque a veces, durante el entrenamiento, durante el tiempo que dispongo pueda ser más analítico", matizó sobre su forma de entrenar.
Por último, para cerrar, habló sobre la posibilidad de jugar competición continental con los verdiblancos: "Ya había jugado la Champions de África, y
ahora tengo la gran suerte de disputar la Europa League. Al final los sueños del Betis son, como los míos, los de seguir creciendo".