El Betis estudiará en los próximos días
dónde invertir los 33 millones limpios que le quedarán tras los traspasos de
Durmisi (a la Lazio) y
Fabián (posiblemente al Nápoles), aunque ya se refirió en estas mismas páginas que no necesariamente se buscaría un repuesto para el palaciego de perfil idéntico. En este sentido, los técnicos verdiblancos tienen claro que la prioridad pasa por reclutar a un '5' de nivel, con
Mikel Merino y Dendoncker como alternativas que generan más consenso en la planta noble del Benito Villamarín, donde se intensifica la criba entre ofrecimientos y seguimientos para dar con un carrilero verdaderamente polivalente y de garantías.
Ahora, Serra Ferrer podría acometer
contrataciones antes fuera de su alcance, reactivando o iniciando vías aparcadas en su día. Así,
Radio Sevilla señalaba este viernes a
Jonny, internacional español en categorías inferiores que tiene una cláusula de rescisión de 14 millones de euros a la que se ha remitido el Celta cada vez que alguien preguntó por este lateral diestro que lleva muchos años actuando con fluidez a pierna cambiada (tres veces más que en su flanco natural). Incluso, ejerció de central en una docena de ocasiones, pese a que apenas mide 1,70. De 24 años, el vigués tiene contrato hasta 2019 y no ha renovado, por lo que podría ser el momento de tentarlo.
Conversaciones fluidasEntre Betis y los celestes, por cierto, ya ha habido conversaciones estas últimas semanas, dado el interés de los gallegos en el mediocampista verdiblanco Camarasa, que podría tomar el camino opuesto a los célticos Radoja (un mediocentro muy del gusto de Serra) y el propio Jonny. Este último, llegado el caso, sería más barato a priori que otro de los vigilados por la secretaría técnica heliopolitana,
Santiago Arias (26), internacional colombiano (y extracomunitario) del PSV Eindhoven, donde coincidió con un Guardado que habría dado excelentes informes del 'cafetero', autor de tres goles y seis asistencias en 35 partidos el curso pasado (más de 3.000 minutos). El paisa alterna los dos perfiles y tiene igualmente un año más de contrato, si bien
Transfermarkt lo valora en 15 kilos, al tiempo que en Heliópolis sospechan que estaría utilizando el interés de conjuntos de grandes Ligas para obtener una renovación más ventajosa en un club holandés al que arribó hace ahora cinco años procedente del Sporting Clube portugués.
Y no es el único nombre que tiene sobre la mesa estos días el hombre fuerte de la planificación bética. Serían, de decantarse por esta última opción, tres veranos consecutivos ya mirando al Montpellier, de donde reclutó su antecesor, Miguel Torrecilla, a Jonas Martin en 2016 a cambio de 2,6 millones de euros, si bien el 'box to box' de Besançon acabó marchándose un año más tarde al Estrasburgo por 1,5 kilos, tras un paso intermitente e irregular por Sevilla. Fue unos días antes de que el Betis volviera a acordar un traspaso con la familia Nicollin, aunque esta vez con el hijo mayor, Laurent, no tan intransigente en las negociaciones como su padre, el fallecido Louis. Esta vez, Serra pactó el desembolso de siete millones de euros para traerse al talentoso mediapunta franco-argelino
Ryad Boudebouz, que ha ido de menos a más en la campaña de su debut en LaLiga.
El tercero en discordia es
Rubén Aguilar (25), a quien un intermediario habría ofrecido para cubrir los dos laterales, pues, aunque es diestro, se está amoldando cada vez con más frecuencia al otro costado, especialmente desde que en julio de 2017 cambió el Auxerre por el Montpellier. Allí se ha afianzado este curso recién finalizado, hasta el punto de que los dirigentes de la entidad de Hérault ampliaron el pasado mes de abril su vinculación, que expiraba en 2020, por dos temporadas más, aumentando sus emolumentos y, por ende, el precio de una hipotética salida. Profundo y rápido, Aguilar cuenta con la doble nacionalidad española (por su padre) y francesa (por su madre), amén de manejar el idioma, lo que aceleraría su adaptación, pese a que el de Grenoble no conoce la Liga española, uno de los condicionantes a menudo de las contrataciones béticas desde el desembarco del técnico balear en lo que debe considerarse a todos los efectos la dirección deportiva. De momento, la operación se encuentra en una fase embrionaria, puesto que este futbolista no era muy conocido en estos lares, por lo que se han recabado informes y vídeos antes de que pase los diferentes filtros.
Será, con todo, una vía que difícilmente prosperará, puesto que, como se ha comentado ya, en la planta noble del Benito Villamarín están decididos a
reforzarse con mayúsculas por fuera.