Seguramente sea una los integrantes del cuerpo técnico de
Quique Setién más desconocidos para la afición verdiblanca.
Jon Pascual Ibarrola, entrenador de porteros del Betis con la llegada del técnico cántabro, ha tenido una carrera atípica, siempre compaginando el fútbol con diferentes profesiones, algo que ha curtido su carrera. "A mis padres, a mis hermanos y a mí mismo nunca nos han sido fáciles las cosas. Hemos tenido que trabajar mucho para conseguir lo que tenemos. Lo que me ha traído hasta aquí ha sido el esfuerzo y tener un poco de fe en que lo iba a conseguir", reconoce Pascua en una entrevista al portal
Beticismo.
En la misma, el preparador de porteros desvela que conoció a
Quique Setién por casualidad hace un par de años en Las Palmas estando de vacaciones, y desde entonces, su forma de entender el fútbol fue impactó a Setién, que no dudó en llevárselo en su aventura en Heliópolis. "Para mí, ser entrenador es provocar cambios en la vida profesional del jugador, y eso es algo que me gusta hacer. Creo que uno puede tener impacto en las vidas de los demás, por lo que aprovecho ese conocimiento que tengo a nivel futbolístico, y más concretamente en la posición de portero, para ayudar a los futbolistas a conseguir esos sueños y esos cambios que necesitan para consolidarse, para rendir bien o para llegar a la élite", confiesa.
Algo sobre lo que se ha debatido mucho en el
Betis desde la llegada del nuevo técnico es el juego con los pies de los porteros. "Me parece muy interesante la responsabilidad que recae en el portero en nuestro juego. Lo hace, incluso, más importante dentro de lo que es la estructura del equipo. Mi sintonía con el cuerpo técnico me ayuda a que no sea nada complicado. Además, las ideas son siempre muy claras, por lo que es mucho más fácil desarrollar el modelo", asegura
Jon Pascual, que desvela un poco más del trabajo que se hace con
Adán y
Dani Giménez en ese sentido: "Primero, el portero debe tener las herramientas: un buen control, un buen pase, una buena capacidad de maniobra… Después, hay que darle a todo eso un sentido táctico dentro del juego colectivo del equipo. De nada te vale tener un portero con todas estas habilidades si el equipo no tiene mecanizados los movimientos que tiene que hacer. Si el portero no colabora, la salida de balón resulta un poco más compleja. Es un trabajo específico, sí, pero debe existir siempre una sintonía total con el cuerpo técnico para que todos vayamos en la misma dirección".
En cuanto a su adaptación al
Betis, al club y a todo lo que le rodea,
Jon admite sentirse muy cómodo. "Sé que estoy en el sitio adecuado porque, ante todo, necesito tener un sentimiento de pertenencia; tengo que implicarme en el proyecto y sentir que formo parte de él. Me pasó en el Athletic, me pasó en los Sundowns y, ahora, me pasa lo mismo. Debes sentir que trabajas para algo más que para ganar: para una masa social, para un equipo, para unos porteros, para un cuerpo técnico... Es mucho más fácil mirar a alguien a los ojos y decirle 'trabajo para ti' que ir simplemente a trabajar", reconoce el preparador, que ya conocía mucho del Betis antes de llegar: "Al Betis lo seguía, indudablemente, pero desconocía la magnitud social que posee. No sabía que el estadio estaría así, que la gente veía el fútbol de esta manera...".