El joven que aparece encima de estas líneas posando con un pijama del Betis y delante de la bandera del
Centenario y el escudo de las trece barras es
Rubén Sobrino, un nombre que se está haciendo muy popular en las últimas semanas en los foros verdiblancos.
Indagando un poco en la vida del delantero de la
Ponferradina, ESTADIO ha tenido acceso a esta curiosa imagen, en la que se puede comprobar que la vida del excanterano del
Real Madrid ha estado ligada de alguna manera al conjunto heliopolitano mucho antes de que trascendiera el interés del
Betis por el daimieleño.
Rubén, que el próximo mes de junio cumplirá 22 años, nació y creció en un pequeño pueblo de Ciudad Real,
Daimiel. De familia atlética, el delantero continuó con la tradición, pero pronto tuvo que hacerle hueco a otro cariño muy especial. La culpa la tuvo
Adrián, un amigo de la infancia. De Daimiel, como él, pero bético de corazón, este chico le enseñó lo que significaba el 'manque' pierda, la idiosincrasia verdiblanca, aquello de que los béticos nacen donde quieren. Fueron los años en los que se exhibían
Joaquín y
Oliveira. El
Betis ganaba la
Copa del Rey y se clasificaba para la Champions. Y, aunque luego vinieron momentos amargos, el cariño no desapareció y
Sobrino repartió su pasión entre las barras verdiblancas y rojiblancas.
Ahora, varios años después, podrían volver a cruzarse sus caminos y cerrar un círculo que el delantero de la
Ponferradina colorearía de verdiblanco.