Con esta contundente frase, pronunciada por
Pepe Mel tras el empate en
Santo Domingo, el técnico puso de manifiesto sus urgencias por fichar, pero él mejor que nadie sabe que no será ni fácil ni rápido. El técnico tiene claro qué quiere (al menos tres refuerzos), y, del mismo modo, ya le ha trasladado a la dirección deportiva que cuanto antes lleguen, mejor.
Sin embargo, la secretaría técnica anda estos días echando cuentas, cuadrando números y diseñando estrategias para no excederse en los límites impuestos desde la
Liga.
La experiencia dicta que el mercado invernal no es especialmente prolífico en mirlos blancos. En el mejor de los casos, la mayoría de los equipos aspira a una cesión, pero, desde que la
LFP impuso de forma ineludible el límite de gasto, fichar en enero se ha convertido en casi una odisea, incluso en lo que a préstamos se refiere.
La patronal ha fijado para cada equipo, tanto de Primera como de Segunda, una cantidad límite que destinar a la plantilla, en la que se incluyen las fichas de los jugadores, técnicos y empleados relacionados directamente con el plantel, fichajes, despidos y demás compensaciones económicas. Para el caso del
Betis, el tope asciende a los 13,6 millones de euros, cifra que ya casi alcanzó el pasado verano, con la renovación de
Rubén Castro y la contratación de
Alfred N’Diaye como principales gastos. Sin llegar a sobrepasarlo, los verdiblancos rozaron el máximo permitido, por lo que ahora tendrán que hacer un juego de malabares para respetar la normativa presupuestaria.
CondicionantesA su llegada, Mel ya avisó que, para no incurrir en los mismos errores que en su última temporada, se iba a implicar en el proceso de fichajes. De momento, ya tiene toda la información con respecto a los contratos de la primera plantilla y sabe, de primera mano, que el margen de maniobra, a día de hoy, es mínimo. Parte del presupuesto que quedaba libre para fichajes invernales se ha destinado al despido de Velázquez y a la contratación de
Pepe Mel y su equipo de trabajo. Por tanto, para acometer los tres refuerzos (como mínimo) que ha solicitado el preparador madrileño, el Betis necesitaría encontrar vías de ingreso o, en su defecto, liberarse de fichas importantes para contentar al técnico.
Sin embargo, tanto en un caso como en otro, el Betis tiene que saber moverse en el alambre.
De momento, en el seno de la entidad se está decidiendo qué hacer. Parece que tres son los nombres con más opciones de salir a lo largo de estos días de enero para hacer hueco a los deseados refuerzos. Sin embargo, las circunstancias son diferentes en cada uno de ellos.
Matilla, Chuli y Perquis se presentan como las opciones del Betis para esta ventana de transferencias invernal, aunque las posibilidades de sacar tajada de ellos son bastante limitadas.
Chuli cuenta con el interés del Zaragoza, que ya pidió su cesión en verano pero que, debido a los problemas con el tope salarial, vio frustradas sus intenciones. Similar destino se le buscaría a Matilla, con el que parece que tampoco cuenta el míster y podría correr la misma suerte que el onubense.
Mucho más complejo es el caso de Perquis. El central tiene una de las fichas más altas de la plantilla y su intención, a priori, no es la de salir, pese a que cuente con alguna propuesta. Por ello, el Betis tendrá que negociar los términos de su salida, algo que, evidentemente, no debería pasar por una compensación económica al central, ya que eso mermaría, más si cabe, las exiguas opciones del Betis de poder fichar lo que precisa Mel.
Sergio, después de que Mel le comunicase a
Nono que sí cuenta con él, es otro de los jugadores que podría marcharse cedido a algún equipo de Segunda (ningún Segunda B podría asumir su salario) con la condición de que se hagan cargo de la ficha, lo que ampliaría el margen para fichar.
Así las cosas, en el
Betis se impone aquello de que para que entren, primero tienen que salir. Y no parece, en ningún caso, que los protagonistas vayan a estar muy por la labor. Ardua tarea la que tiene Alexis por delante.