Sí, lo reconozco. Tenía ganas de reírme de la modita de los hilos en
Twitter. Pero me explico, pues tras más de una década sacando plusvalías millonarias por jugadores como
Lenglet,
Vitolo,
Gameiro,
Bacca... Y así hasta llegar a épocas de
Keita o
Dani Alves, más de uno pensará que 'Qué dice este tío', que es 'carajote' (con perdón). Aunque para eso, el que se quede en el titular. Pues allá voy, me centro.
Y es que me refiero, por ejemplo, a la situación actual del franco-tunecino
Wissam Ben Yedder, un jugador que por centímetros y por estilo no cuadra en los planes de
Pablo Machín, quien ya cuenta con el luso André Silva como el ‘9’ de referencia que solicitaba y que, visto lo visto, ha colocado al colombiano
Luis Muriel (costó 21 kilos) por delante de un internacional francés que se quedó en la prelista de la
Francia campeona del mundo en
Rusia. Un futbolista que el curso pasado firmó 22 goles y cinco asistencias y que en el anterior (su primero en España) hizo 18 dianas y seis pases de gol, siendo el máximo anotador del
Sevilla en ambas temporadas. Es decir, que argumentos para vender al muñeco (como bien recuerda
Caparrós en sus ruedas de prensa) hay de sobra.
El futbolista no quiere salir, pero
Pablo Machín no deja de mandarle mensajes (si el colombiano
Luis Muriel juega antes que él frente al Sigma...). Lo ideal, a mi parecer, sería darle boleto ahora, pillar 25 kilos para reinvertir en el ataque, y evitarte un problema el próximo mes de enero, cuando el jugador, descontento por no jugar y devaluado, quiera salir y su precio, además, sea bastante menos que el actual.
El problema, en cambio, es que el Sevilla no acaba de recibir esos 25 kilos y que si me apuras, viendo el mercado, se antojan incluso pocos.
André Silva, sin ir más lejos, ha arribado en préstamo por cinco kilos y una opción de compra de más de 30 (los valdrá, si sigue así) pese a haber firmado el curso pasado sólo dos dianas en la
Serie A del Calcio (10 en total).
¿Cuántas Ben Yedder? Pues eso, que el Sevilla sabe vender muy bien al que le quieren quitar (especialmente si es el Barça), pero que no acaba de colocar en el mercado el que no le vale, o el que por una u otra razón tiene que irse. Como ejemplo, también,
Nzonzi. Que sí, que era un problema; que quería largarse, pero... Uno ve los más de 30 millones que ha sacado el Barça por
Yerry Mina o el negocio del Levante con
Lerma y la duda, como mínimo, queda. ¿O no?